El Ayuntamiento de Estepona, a través de la delegación municipal de Bienestar Social, informa de la consolidación del equipo de servicio de “Tratamiento Familiar”, desde su creación y puesta en funcionamiento en julio de 2003. Sólo el pasado año atendió a más de 20 familias y casi 50 menores derivados, en su mayoría, por los Servicios Sociales Comunitarios o el Servicio de Protección de Menores, tras detectar la presencia de menores en situación de dificultad o riesgo social.
El equipo de Tratamiento Familiar está ubicado en las instalaciones que este área municipal posee en la antigua Oficina Municipal de Empleo, frente a la Cooperativa Agrícola, y está compuesto por dos psicólogas, una trabajadora social y una educadora, quienes, de manera específica, se encargan de velar por los derechos de los niños, a la vez que preservar la integridad de las familias, evitando la separación de los menores mediante una intervención específica e integradora.
El edil de Bienestar Social, David Valadez, asegura que "un sistema social justo tiene en cuenta las limitaciones de los menores para ejercer y defender sus derechos". Algunos de estos derechos deben ser cumplidos por las personas que están directamente en contacto con ellos y se ocupan de su alimentación, cuidados físicos y afectivos, entre otros aspectos, pero a veces, explica Valadez, se incumple la protección de los derechos de los menores por incapacidad material, por ignorancia o, en el peor de los casos, por mala voluntad explícita, falta de preocupación por el bienestar de los menores, o incluso hostilidad abierta hacia ellos, y es en estos casos en los que debe actuar la administración.
En referencia a la tipología de maltrato, el psicológico está presente en la mayoría de las familias atendidas. Entre los factores desencadenantes de las situaciones conflictivas están muy presentes los problemas económicos y la precariedad de la vivienda, unidos a los conflictos de relación entre miembros de la familia y de la pareja. Otros factores obedecen al padecimiento de algún tipo de trastorno mental en uno de los progenitores, consumo de sustancias tóxicas en uno de los padres o la violencia de género, generadora de problemas emocionales en los menores.
Entre los adolescentes están muy generalizados los problemas de absentismo escolar y, en algunos casos, adicciones, problemas emocionales o minusvalías. Asimismo, el fracaso escolar es protagonista en casi un 50% de los menores, cifra igual al número de niños que protagonizan absentismo y abandono escolar.
El equipo de Tratamiento Familiar está ubicado en las instalaciones que este área municipal posee en la antigua Oficina Municipal de Empleo, frente a la Cooperativa Agrícola, y está compuesto por dos psicólogas, una trabajadora social y una educadora, quienes, de manera específica, se encargan de velar por los derechos de los niños, a la vez que preservar la integridad de las familias, evitando la separación de los menores mediante una intervención específica e integradora.
El edil de Bienestar Social, David Valadez, asegura que "un sistema social justo tiene en cuenta las limitaciones de los menores para ejercer y defender sus derechos". Algunos de estos derechos deben ser cumplidos por las personas que están directamente en contacto con ellos y se ocupan de su alimentación, cuidados físicos y afectivos, entre otros aspectos, pero a veces, explica Valadez, se incumple la protección de los derechos de los menores por incapacidad material, por ignorancia o, en el peor de los casos, por mala voluntad explícita, falta de preocupación por el bienestar de los menores, o incluso hostilidad abierta hacia ellos, y es en estos casos en los que debe actuar la administración.
En referencia a la tipología de maltrato, el psicológico está presente en la mayoría de las familias atendidas. Entre los factores desencadenantes de las situaciones conflictivas están muy presentes los problemas económicos y la precariedad de la vivienda, unidos a los conflictos de relación entre miembros de la familia y de la pareja. Otros factores obedecen al padecimiento de algún tipo de trastorno mental en uno de los progenitores, consumo de sustancias tóxicas en uno de los padres o la violencia de género, generadora de problemas emocionales en los menores.
Entre los adolescentes están muy generalizados los problemas de absentismo escolar y, en algunos casos, adicciones, problemas emocionales o minusvalías. Asimismo, el fracaso escolar es protagonista en casi un 50% de los menores, cifra igual al número de niños que protagonizan absentismo y abandono escolar.
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