El prestigioso periodista de El Mundo Rafael Martínez-Simancas escribe en las páginas de cultura esta bonita crónica sobre el concierto que Serrat ofreció el martes en Estepona. Ofrecemos un estracto:
"El concierto, que se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Estepona, estuvo lleno de momentos mágicos, aquella sala de techos altos y blancos, se convirtió en la Capilla Sixtina de los que tienen la palabra como norma de comportamiento. Y también fue un cine de barrio antiguo, pero sin pipas, pero con galanes de cine como los de antes.
Los de la Academia de Estocolmo no se enteran de la misa la media, andan tan ocupados con sus rencillas, conspiraciones y peloteos, que se les ha escapado Joan Manuel Serrat, cantante, nacido en Poble Sec hace un tiempo y reencarnado en músico por la gracia de Dios. Los de la Academia deberían saber que Serrat por sus letras es un Nobel de Literatura, por las emociones que crea un Nobel de Química, por los sentimientos que cura un Nobel de Medicina y por los mensajes que lanza...un Nobel de la Paz.
Apareció en el Palacio de Congresos de Estepona desnudo, sólo su voz, el piano de Ricard Miralles, unas letras hechas con mimo. En definitiva: un cantante en pelota. No había trampa, ni red, ni efectos especiales. No había ni luces de neón ni fuegos artificiales. Un hombre con una camisa blanca y unos vaqueros es poca cosa en un gran escenario oscuro, pero a veces los sueños se cumplen y la rana se convierte en príncipe azul..."
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